El espacio actual que ocupan Instagram, Facebook, Titok, los juegos Online, el Metaverso etc…, está transitado por millones de personas en todo el mundo, y por muchos de nosotros, pero principalmente por jóvenes y adolescentes en búsqueda de un mundo de entretenimiento multisensorial, que cada día aporta contenidos novedosos y fascinantes pero que a su vez, gracias al entretenimiento, les captiva apoderándose de su atención y tiempo.

Redes sociales y adolescentes
¿SABES QUE RIESGOS OCULTA EL METAVERSO?¿Sabes cuantas horas al día dedica tu hijo a Instagram o TikTok? ¿Qué sabemos los adultos sobre la ‘crianza tecnológica’?
Internet es un espacio público y tiene muchos de los riesgos que podemos encontrar cuando vamos por la calle, pero muchas veces los adultos no somos conscientes de ello. Cuando un joven utiliza una red social está expuesto a riesgos importantes que debemos conocer. En las etapas cruciales del desarrollo de nuestra psique, como ocurre en la adolescencia, si ésta se expone de forma habitual al uso excesivo del móbil o de internet acaba incorporando unos sistemas de aprendizaje automatizados y una concepción del mundo que van mucho más allá del entrenenimiento y que bajo la etiqueta de ‘ENTRETENIMIENTO GRATUÏTO’ nos atrapa debido a su función endorfínica y dopaminérgica.
Los estudios científicos explican que los aprendizajes que hacemos en nuestra edad temprana nos acompañan a lo largo de nuestra vida. El problema de Internet y de las Redes es que muestran efectos adictivos ya que los contenidos que en ellos se cuelgan están seccionados, pensados y diseñados con el objetivo de facilitar nuestro ‘engagement’ a la red. Los entornos digitales multisensoriales estimulan las vías dopaminérgicas y los circuitos de recompensa del cerebro, generando adicción y cuando algo se vuelve adictivo nuestro raciocinio pierde fuerza ante esas sensaciones placenteras, que acabamos necesitando para sentirnos bien. Cuando los mecanismos de manipulación se dirigen a nuestros chicos, lo que están creando son jóvenes adictos consumidores de tecnología manipulados por los que crean las apps y las webs quienes solo tienen por objetivo fomentar nuestro consumismo. Nada es gratis, que no te engañen más.

Adicción Juegos online y redes sociales
Los suicidios se han disparado entre la población juvenil en estos últimos años. La edad en la que somos más sensibles al desarrollo de nuestra autoestima es en la adolescencia. Las redes sociales están intencionadamente diseñadas para crear efectos adictivos que nos exponen a un mundo irreal donde resulta muy complicado no compararse con los demás, cuando los demás siempre parecen más guapos y felices que tu. Asociar mi valor como persona a los ‘likes’ que recibo tiene tanto de perverso como de manipulador. El impacto queda claro en los estudios, muchos de nuestros jóvenes sienten angustia cuando utilizan las redes sociales y esto hace mella en su auoestima, especialmente en su autoconcepto, autoimagen y percepción de autoeficacia. Construir nuestro valor como personas en función del nivel de aprovación y valoración externa nos deja en una posición muy dévil delante del mundo real.
Tokyo Fashion (@tokyofashion) es una firma japonesa de moda juvenil de super éxito en Asia. En su perfil de Instagram se observa cómo su éxito radica en usar una estrategia comercial centrada en que los jóvenes puedan vincular su música favorita a un diseño de ropa que se asocie emocionalmente a esas canciones. La ropa deja de seguir patrones estéticos para seguir patrones emocionales. Sin duda, el poder emocional de la música conecta directamente con la moda y abre una puerta inagotable a nuevos consumos. Cuando somos jóvenes todos queremos ir a la moda, pero ¿De verdad necesitamos consumir este tipo de productos para sentirnos bien? ¿Qué necesidades reales cubren estos productos?¿A qué mundo nos transportan?

Fuente: Instagram
Crear y promover nuevas necesidades, y generar un estilo de vida y unos valores basados en un consumismo que solo alimenta la Hedonia (el placer temporal) está en el ‘core business’ de todo lo gratuito que encontramos en internet. Los algoritmos que hay detrás de cualquier juego u aplicación persiguen el consumo a través de fomentar la sobreexposición, por ende, cuanto más tiempo usamos las plataformas digitales más enganchados quedamos y más nos identificamos con ese mundo virtual irreal.
Y LLEGÓ EL METAVERSO…
En nuestra sociedad, donde el tiempo personal es escaso, conseguir retener un cliente en nuestro escaparate es fundamental para cualquier negocio. Imágenes y estímulos multicolores, videos de personajes pasados por filtro que nos muestran su éxito virtual y que queremos imitar, juegos interactivos hiperreales, música y sonidos emocionales y la inmediatez de los ‘likes’, muchos likes, consiguen ser el anzuelo más exitoso jamás creado por la indústria para que caigamos en sus redes y consumamos sus productos. ¿Qué pasa entonces cuando entramos en un mundo paralelo hecho a medida? Cuanto más se aleje nuestro Mundo Metaverso de nuestro Mundo Real más grabes serán las consecuencias: más adicción, més exposición, más consumo, más desadaptación al mundo real ruro y complejo en el que vivimos. Por ende, más depresiones, más suicidios, más infelicidad, más deudas, etc etc etc…
Explicar a nuestros hijos que esto les aleja de la realidad es nuestro trabajo como adultos. Explicarles los riesgos, qué hay detrás de sus creadores y fomentar la exposición ‘0’ es un reto, pero es el camino. En nuestro país, donde aún no se ha implantado de forma generalizada entre nuestros jóvenes aún estamos a tiempo de advertir el tsunami y tomar medidas de protección. El Metaverso es de todo menos un juego.
La realidad virtual está acaparando todo el tiempo libre del que disponen nuestros chicos y dificulta su adaptación a la vida real. En un mundo tan incierto y complejo como el actual es muy fácil dejarse atrapar por la belleza y el placer que nos aporta el mundo virtual. Es una manera fantástica de evitar exponernos a nuestros problemas reales. Cada día, cuando nos saquemos las gafas virtuales, nuestros problemas cuotidianos nos seguiran esperado ahí fuera.
Con la próxima llegada a los hogares europeos de los Metaversos que tanto éxito están teniendo en Asia, veremos nuevas formas de interactuar confndiéndonos en mundos virtuales paralelos donde todo es posible. Será fácil que nuestros jóvenes sigan encontrando en él esos picos de dopamina que se vuelven adictivos.

Metaverso y soledad
¿CÓMO PROTEGERNOS?
Clarísimamente nos falta una mayor regulación gubernamental que nos proteja. Pero al margen de la regulación gubernamental los padres tenemos un papel clave en este tema. Hacia nuestros hijos y hacia nosotros mismos. Si la regulación no se plantea des de ya, cuando queramos regular ya habremos hecho tarde para muchas personas.
Tenemos que tener presente que los trastornos por depresión, ansiedad, trastornos de la conducta alimentaria, problemas por baja autoestima y el suicidio se han disparado en la población joven, especialmente entre los 14 y los 25 años.
Como siempre, la clave está en la información y la autoregulación. Pero los jóvenes no filtran, son impulsivos y son muy sensibles al placer hedónico. La autoregulación, que es complicada en la adolescencia, requiere del control parental sí o sí. Un control en el tipo contenido pero sobretodo un control en el tiempo de exposición. Hablar mucho con ellos de los riesgos que esconden las pantallas digitales. Darles información concreta sobre esos riesgos. Fomentar hábitos sanos que les mantengan conectados con el mundo real. Jugar con ellos en el mundo analógoco, proponer juegos de mesa, ir al teatro, a caminar por la montaña, aprender a observar las maravillas de nuestra naturaleza y ayudarles a responsabilizarse de llevar una vida sana y a forjar un mundo interior de seguridad, autoconfianza, capacidad crítica y de resolución de conflictos es la clave.
Promover la salud mental en el mundo digital y virtual es uno de los retos más importantes a los que se va que tener que enfrentar nuestra sociedad. El reto está servido y además todo pinta que ha venido para quedarse…
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