Cristina Gonzalez

ESA MARAVILLOSA ADOLESCENCIA

Hay tanto en juego en este punto del desarrollo de nuestros jóvenes

Como en muchos aspectos en los que interviene la Psicología, sabemos que las personas tenemos un mejor manejo de las situaciones problemáticas cuanto mejor las comprendemos. Aprender y mejorar nuestro conocimiento sobre la conducta humana nos permite acompanyar, ayudar e impulsar el cambio de nuestros niños, jóvenes y adultos.

«Los adultos sabemos por experiencia, que son muchas las veces en que los jóvenes no escuchan a sus padres.

Comprender que des de un punto de vista evolutivo esto ha permitido que en nuestra sociedad emerja la innovación y la resolución creativa a los problemas, nos puede ayudar a entender su conducta, ya que es en esta etapa cuando más nivel de riesgo asumen nuestros hijos. Saber cómo llegar a ellos, cómo encajar en su vida es fundamental, porqué ellos nos piden que les demos alas para poder volar». Y es cuando volamos que aprendemos.

ACOMPAÑA SU NEUROPLASTICIDAD

El Psicólogo Jean Piaget (Suiza, en 1936) fué el padre del desarrollo cognitivo y estudió como los niños se desarrollan cognitivamente a lo largo de su infancia. Ya en aquella época describió con mucha exactitud las etapas de desarrollo del niño, pero para entonces se pensaba que el cerebro dejaba de desarrollarse alrededor de los 10-11 años. A día de hoy, la neurociencia ha demostrado que el cerebro humano está en continuo desarrollo, que en el hipocampo se crean nuevas neuronas cada día y que esto da una neuroplasticidad al cerebro que le permite aprender y adaptarse al cambio a lo largo de toda su vida. Las experiencias que se producen en la adolescencia se consolidan como aprendizajes que determinan en gran medida nuestra personalidad.

Así pues, cuando ocupamos el cerebro en un ‘nuevo aprendizaje’ la plasticidad neuronal empieza a generar nuevas conexiones sinápticas con otras neuronas y teje una red de interconexiones neuronales tan amplia como tiempo y práctica le dediquemos al nuevo aprendizaje. Cuanto más importante es esta interconexión más eficiente se es en ese nuevo aprendizaje.

La ‘práctica repetida’, es decir, cada vez que repetimos un ejercicio provocamos que la velocidad y eficiéncia en la que viajan las señales eléctricas entre neuronas se incremente, consolide y acabemos visualizando el cambio. Pero la práctica repetida requiere de la voluntad, interés y motivación de ese joven. Que entienda como funciona su mente le ayudará a dar sentido a su conducta.

El desarrollo adolescente es un remolino complejo que como padres y educadores debemos conocer porqué solo así podremos ayudarles en un momento muy complejo de su vida. Saber cómo nosotros podemos encajar en su vida para ayudarles a ‘crecer hacia la vida adulta’ y no solo a ‘envejecer hasta la edad adulta’ es la clave.

En la medida en que los adultos sepamos cambiar el prisma des del que nos acercamos y comprendemos a nuestros adolescentes, esto nos ayudará o dificultará el acompañamiento hacia su plenitud y bienestar emocional.

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